Los niños de Albuerne son unas auténticas fierecillas; luchan sin desmallo y ahogan al rival hasta desesperarlo; no les basta la victoria, buscan uno y otro gol sin cesar y son claros aspirantes al ascenso.
Ayer superaron al Estadio por nueve goles a cero y ahora tiene un largo periodo de descanso de más de un mes, pero seguro volverán a rugir al regreso