Cuando en el mundo del fútbol hablamos de estrellas, casi siempre pensamos en un delantero habilidoso y goleador, pero en este deporte también hay otro tipo de personas indispensable y que tristemente sólo aparecen para sacarles sus defectos.
Este sábado tuve la oportunidad de pasar un rato con Gabriel Loan, árbitro de 12 años, que en la presente temporada dirige partidos de alevines. Ya lo había visto arbitrar algunos encuentros en el Rabanal y me había encantado, pero en el Oviedo Cup estuvo de sobresaliente y no perdí la oportunidad este sábado de sentarme con él y ver juntos el partido de Liga Nacional del Covadonga.
Gabri es un colegiado muy preparado, con mucha personalidad, bien posicionado en la campo y conocedor del reglamento. Es muy joven aún, pero conversando con él, te sorprende su madurez y su forma pausada y tranquila de conversar, tal parece, que estás hablando con una persona mayor de edad. Creo que tiene todas las cualidades para triunfar en el arbitraje y espero y deseo que así sea, porque a mí me ganó en muy poco tiempo.
Gabri nos comentó nació en Rumanía, pero lleva casi toda su vida en España. Hasta hace unos meses vivía con sus padres en Cangas de Onís, donde jugada de lateral en el Cánicas; ahora, ya instalado en Oviedo, pasó a ejercer de colegiado en Alevines. El padre de Gabriel y su hermano, un año mayor, también ejercen la misma profesión.
La joven promesa me contaba que en dos años puede pegar un salto de categoría y en otros dos años un nuevo salto, pero para ello debe estudiar y prepararse mucho, aunque está convencido de que lo conseguirá. Cuando le dije que esos saltos de categoría le iban a aportar más ingresos económicos, él me responde que eso es lo de menos, que lo que quiere es aprender y crecer.
Durante el trascurso del partido, Gabri me indicaba porque aquella jugada había sido fuera de juego o porque el colegiado no había apreciado falta en otra jugada y lo hacía con mucho criterio y gran conocimiento del reglamento.
Sobre la protestas de la gente, Gabri los disculpaba diciendo que el problema es que muchos no conocían el reglamento y que las que más protestan son la madres, pero que a él eso no le afecta.
No sé si muchas personas han tenido la oportunidad de ver a éste niño arbitrar un partido y han tenido las mismas sensaciones que yo, pero les puedo asegurar, que si se sientan para charlar un rato con él, les va a cautivar.
Al finalizar el partido Gabi me hizo una confesión y me dijo: “Lo que más me gusta del Cova son los pinchos del bar”. Me despedí diciendo teníamos un torneo muy bonito en Navidad, “La Copa Integra Energía” y que esperaba que fuese uno de los colegiados escogidos para pasar con nosotros una semana muy entretenida; él respondió que acudiría encantado.
¡Mucha suerte a Gabri!
Creo que ha nacido una estrella en el mundo del arbitraje