El Berrón golea al Cova

Veteranos

El Berrón C.F. 4 –C.D. Covadonga 0


28 de Mayo de 2011

El volcán, de nombre impronunciable como corresponde a todo buen volcán islandés que se precie, se apagó, y esto permitió, por un lado que la expedición de Veteranos del Covadonga no viese alterado su plan de viaje, pero por otro privó a sus miembros de una valiosísima justificación a los ahogos derivados del esfuerzo al que se iban a someter. Tendrían que recurrir al habitual “jodio fumeque”, que diría el maestro Juncal, sin reconocer que la verdadera causa es que estan un poco fuera de talla. Y es que ahora hacen los campos más grandes, los balones más pequeños y pesados y las porterías cada vez más reducidas.
El sol, también alegre por la retirada del volcán, se presento radiante a la cita; Bar Rodrigo 3,30 horas. En la Terraza del bar ocho o nueve hombres, sentados en torno a un par de mesas rebosantes de tazas de café, disfrutaban de la agradable temperatura y esperaban que Fran apurase la calada que inútilmente daba al Farias, ya húmedo, que sujetaba con la punta de los dedos en la comisura de la boca.
.- ¡Bah! Ya no tira. Pues ya no lo enciendo.- Y arrojando la colilla en uno de los ceniceros que, repletos de filtros semienterrados entre ceniza y restos de tabaco, presidían cada una de las mesas, se retrepó en el asiento y se dirigió a sus jugadores..- ¿Cuántos somos?.- Dijo mientras los contaba con la mirada.
.- Estamos los justos.- Dijo alguien.
El camino a El Berron nos llevó a muchos a conocer el flamante escalextric que, con un rodeo excesivo para el usuario pero enriquecedor seguramente para alguna empresa afín al político de turno, salva los carriles de la Autopista y permite incorporarse a la misma, en dirección a Gijón o a Santander, desde el nuevo barrio de Prados de la Vega.
El viaje fue corto, pero lo suficiente para recibir la última información sobre el inminente encuentro que enfrentaría a un equipo español, aunque les pese, con otro equipo inglés, y al puesto que definitivamente ocuparía Fernando Alonso en la parrilla de salida de la carrera de Mónaco.
Ya en el campo, que ofrecía el aspecto de los prados con los que deben soñar las vacas; Verdes, llanos, tiernos y amplios, Fran, que seguramente pensó que estaba en casa, sacó la gaseosa y se puso a experimentar. Fue dando la alineación y el vestuario se convirtió en un concurso de apertura de ojos, encogimiento de hombros y cruce de miradas resignadas.
.- El entrenador soy yo ¡Ea!, Y si no, no os doy los vales “pa” los bollos.
.- Pero mister. Vuelve en ti ¡Por Dios! ¡Que nos pierdes!.- Dijo el mas valiente, pero con voz temerosa y sin mucho convencimiento.
.- A que te quito. ¡Hummmm!.- Respondió autoritariamente Fran
.- Vale. Vale. Si a lo mejor hasta sale bien.- Acató, dócil, el jugador, mientras los demás distraían sus gestos alisándose las arrugas del pantalón, comprobando el largo de las uñas o silbando canciones de la niñez, mientras apreciaban los remates de albañilería del techo de los vestuarios.
Así empezaron las cosas como empezaron. Entre que el color de la camiseta, blanco, se extendió al estado mental de los jugadores y que alguno parecía necesitar un guardia que le indicase por donde se iba a la portería contraria, llegamos al minuto siete con dos rotos ya en los fondillos.
Como una imagen vale más que mil palabras, voy a tratar de que el lector se haga una de las posiciones que ocuparon nuestros muchachos
La Portería, la ocupó Arturo
La defensa fue para Blanco en el lateral, un sorprendido Avella que acompaño a Mier en el centro y un no menos sorprendido Nacho en el lateral Zurdo
El centro del campo lo ocuparon Luis, que parecía preguntarse qué hacía allí, Julio y Pedro en el centro y Jabato que miraba hacia atrás con nostalgia.
El ataque fue para Paco demasiado caído a la derecha y Lorenzo, muy solitario, que dispuso de una clarísima ocasión, pero escogió una margarita con demasiados pétalos.
En la suplencia un tocadísimo Andrés que lamentó no haber traído la sombrilla de la playa y que fue la conciencia de Fran durante la primera parte.
Montero, debido a una lesión, tampoco pudo jugar, lo que para este cronista resulta un alivio. Tener que hacer una crítica de la actuación de este jugador es poner en conflicto la objetividad y el rigor del informante con la nobleza y comprensión del amigo. Y uno quiere respetar estos principios sin detrimento de la amistad.
No sabemos si fue el sol persistente, o la persistencia de Andrés, o tal vez que el Farias no era un Farias y ya había pasado su efecto, pero algo se hizo más fluido en la mente de nuestro entrenador y reconsideró las posiciones, reorganizando con muy buen criterio nuestras líneas. Blanco, Avella, Nacho, Luis, y Jabato regresaron a sus puestos habituales, lo que influyó positivamente en nuestro juego.
Con tres goles en contra terminó la primera mitad y los jugadores de ambos equipos se recluyeron en sus vestuarios.
Sentados en los bancos, con los puños apretados y la mirada perdida a pocos centímetros de los pies, nuestros jugadores, atentos, pensaban en lo que Fran les trasmitía. “Caballeros, estamos nosotros en el campo, pero nuestras afición no nos ve a nosotros. Ven al Covadonga. Un montón de años de historia. Un montón de ilusiones que no tenemos derecho a romper. Un sueño para muchos. Cuando salimos al campo tenemos que ser conscientes de que esta camiseta no se lleva. ¡Se luce! Ese emblema no es un escudo. ¡Es un título! El partido no es un juego, ¡Es un sentimiento! Salid al campo a honrar esos colores. A merecerse el resultado, sea el que sea. Pero a volver con la cabeza alta” .O algo así era. Aunque lo que en realidad dijo. “Vamos que empieza la segunda parte”
Así y todo, realizó unos cambios tácticos que dieron otro aire a la segunda mitad. El equipo adelantó sus líneas y el juego se volcó hacia el área del Berron y los nuestros dispusieron de algunas ocasiones, aunque no demasiado claras.
Un error en la estrategia del equipo Ferrari, otro más… Perdón es que se nos ha colado un video que no corresponde. Decíamos, ahora sí, que un error en defensa daría la posibilidad de que el delantero del Berron, siempre el mismo, batiera elevando el balón, a un adelantado Arturo, dejando en el marcador el definitivo 4 – 0
Al final del encuentro, alguno de los nuestros, indignado, propuso que acampásemos allí mismo, estableciendo una sucursal del movimiento Quince de Mayo de la Puerta del Sol , reivindicando la prohibición de que jugasen juveniles infiltrados en el equipo contrario. Señalando persistentemente a alguno de los jugadores del otro equipo, autor de los cuatro goles, decía ; “¡Compañeros veteranía real ya! ¡Estos michelines hay que respetarlos! ¡Que jueguen con los de su tamaño!”. Todos quedamos en someterlo a votación en la próxima asamblea.
La verdad es que en el equipo contrario había jugadores que podrían hacer respetar a cualquier club la regla de los subventiuno. El goleador era uno y conseguiría, con una espectacular chilena, hacer saltar las lágrimas de algunos. Unos emocionados por el recuerdo de cuando, en su juventud, intentaban alguna. Y otros imaginándose las consecuencias de hacerla en la actualidad.
En definitiva no fue un buen partido de los nuestros, aunque sí algunos tuvieron una buena actuación, sobre manera Blanco, que está enorme, y no lo digo por el juego. Avella también hizo las delicias del público asistente con un amplio repertorio de caídas y resbalones.
A pesar del resultado, los nuestros se vieron obligados a salir hasta tres veces del vestuario. Una, reclamados por la organización para la entrega de trofeos. Otra, por los reporteros gráficos para inmortalizar el momento. Y por último porque no era plan de quedarse a vivir en el vestuario, que cada uno tiene su casa.
La organización obsequió a todos los participantes y a sus acompañantes con el siempre presente en las fiestas asturianas “bollu preñau” y una botella de rioja, de los que todos darían buena cuenta en sus domicilios, mientras se hacían el firme propósito de corregir los errores cometidos, y de no comer ni beber más que lo estrictamente necesario. Empresas, ambas, de muy difícil consecución.

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