C.D. Covadonga 2 – Miranda 1

Sábado 16 de Abril, de año de nuestro señor de 2011. El sol tampoco quiso perderse el espectáculo y aprovechó el primer vuelo Canarias – Principado de Asturias, dejando a los turistas que visitaban las Islas repasando las agoreras predicciones de los aztecas, o recluyéndose en las iglesias para rogar por sus pecados, según sus creencias. Pues las otro tiempo paradisíacas tierras padecieron un temporal propio de latitudes más nórdicas.
El escenario no podía presentar mejor aspecto, los actores tampoco. Bueno alguno sí. Que hay bastante exceso de kilos. El guión estaba escrito magistralmente por Fran y sólo quedaba representarlo en el terreno de Juego.
De forma paulatina, minutos antes las cinco de la tarde, toterísima hora ¡vive Dios!, fueron saltando los jugadores al campo. Por nuestro amadísimo equipo lo hicieron;
Arturo, ágil cancerbero y consumado estratega que dirigió sabiamente el equipo desde la retaguardia.
Luis que llegó a todo, sin necesidad de cambiar de ritmo ni una sola vez.
Mier, inconmensurable, superando sus dolencias y dejando admirado a los presentes
Julio, maestro de ceremonias en la salida del balón y voz de la conciencia de Luisma aunque no le haga caso
Jabato, pleno de fuerza como su apelativo indica.
Abella, apartado a la banda derecha lo que limitó su aportación
Andrés, que no escatimo esfuerzos, mientras pudo, en el centro del terreno
Héctor, imponiendo su estampa y su poderío a los contrarios
Nacho, multiplicándose en subidas y bajadas
Loren, incansable luchador y que probaría la resistencia de los postes con un hábil lanzamiento
Si, amable lector, ya se que solo relacioné 10 futbolistas, pero es que Luisma en la primera mitad era con ellos.
Dando ánimos al equipo y asesorando a Fran, en el banquillo estuvieron
Paco, que aprovechaba para inculcar a sus vástagos el amor por este bello deporte
Marcos, que intenta paliar así su incomprensible fanatismo espontinguista y que a la pregunta de Fran de que en donde quería jugar no sabía que responder.
Y Montero, que, que va a decir de Montero este humilde cronista.
En la primera mitad el equipo visitante se adelantó en el marcador en un balón profundo que aprovecharía su ala derecha, en una más que dudosa posición, batiendo de fuerte disparo a Arturo.
En respuesta a esta acción Loren estrellaría un balón en el poste con un intento de vaselina a la salida desesperada del portero contrario, que por cierto no había acudido a una necesaria cita con su peluquero. Fuentes cercanas a su entorno nos informan que su peluquero también aconseja estéticamente a Jorge, el del bar, y que debido a una crisis personal se está planteando dar un giro a su negocio y dedicarlo a la confección de figuritas con conchas de mar en el que poder dar rienda suelta a su creatividad artística.
La segunda parte fue todo distinto, hubo bastante más ambición por parte de ambos equipos y en diversas ocasiones hicieron levantar de sus asientos, al numeroso público asistente.
Luisma, como en él es habitual, no atendería a la demanda del balón de sus compañeros, en posiciones más propicias, y sorprendería a todos los presentes, incluido el experimentado portero rival, con un imaginativo y lejano disparo que supondría la igualada en el marcador.
Poco más tarde, una acción iniciada, con una inteligente apertura a banda izquierda, por Jabato y continuada con un balón largo, preciso y templado de Montero a la carrera al interior del área de Loren, sería finalizada por este con un potente chirucazo que colocado a la derecha del portero hizo inútil su estirada. El equipo local ya se ponía por delante y hacia justicia al encuentro.
La incorporación al encuentro de Marcos, que a ciencia cierta no se sabía claramente que posición ocupaba pero que dio muestras de su gran calidad técnica, de Paco que percutió repetidamente el flanco izquierdo de la defensa rival, y de Montero, que supo dar el tiempo al juego alternando pases cortos con desplazamiento profundos, pusieron en jaque al Miranda. Tan solo un zarpazo de animal herido, que Arturo repelió con una mano abajo, rápida, segura, pudo alterar el claro discurrir del encuentro.
Únicamente lamentar un incidente que pudo haber rozado la tragedia. Apenas transcurridos veinte minutos del segundo tiempo, y con el resultado y el juego claramente a favor del Covadonga. Montero tras realizar una hábil finta que descoloca a su marcador en el centro del campo, intenta eludir a un último defensa que un poco escorado guardaba las espaldas a su compañero. Con un sutil toque y un cambio de ritmo intenta desbordarlo para iniciar luego una veloz carrera que lo lleve al área donde intentar finalizar alojando el balón en la red. El defensa, incapaz de detener el balón, viéndose impotente ante la evidente superioridad, recurre a sus malas artes y propina un rodillazo que, entre tremendos dolores, lleva a Montero al suelo. A pesar del tremendo daño infringido, el valeroso futbolista intenta continuar pero sus compañeros sobrecogidos son testigos del tremendo sufrimiento y ven como, muy a su pesar, se ve obligado a retirarse.
Ya no hubo más. El cansancio hizo que el ánimo decayese y todos se limitaron a dejar transcurrir el tiempo restante y a esperar que el árbitro, más malo que el vecino traidor de la Esteban, indicase el camino a los vestuarios.
El tercer tiempo del partido discurrió amigablemente. Y todos, incluido Piltrin, que el mariconazo de él no vino ni a animar, degustaron un variado ágape, regado con caldos de la tierra y algunos refrescos que hicieron las delicias de todos, y dejaron en los presentes enormes ganas de repetir cuanto antes.

Montero, cronista oficial de los veteranos para la web del Cova